martes, 11 de diciembre de 2012

Terremotos en la Luna.


No solo la Tierra resulta afectada por los terremotos. La Luna también padece temblores, y con mucha más frecuencia y duración que los de nuestro planeta. En rigor de verdad, la palabra “terremoto” significa “movimiento de tierra”, por lo que lo correcto es referirse a estos temblores lunares como “sismos”, aunque casi todo el mundo los llama también terremotos. Entre 1969 y 1972, los astronautas que llegaron a la Luna a bordo de los de Apolo colocaron sismógrafos en los diferentes sitios de alunizaje. Concretamente, las misiones Apolo 12, 14, 15 y 16 transportaron sismógrafos que enviaron información por radio  a la Tierra hasta que dejaron de funcionar en 1977. Gracias a estos aparatos sabemos que existen al menos cuatro tipos diferentes de sismos lunares. Los primeros consisten en trepidaciones profundas, que tienen lugar a unos 700 kilómetros por debajo de la superficie de nuestro satélite, y que posiblemente tienen su origen en las deformaciones que sufre debido a las fuerzas de marea provocadas por la Tierra. El segundo tipo de vibraciones registradas provienen del impacto de meteoritos, y su intensidad es proporcional al tamaño y velocidad del cuerpo que impacta contra la Luna. En tercer lugar, ocurren temblores causados por la expansión de la corteza lunar, al calentarse con radiación solar después de una noche de frío extremo y una duración de dos semanas. Por ultimo, el cuarto tipo de sismo lunar es un fenómeno que ocurre a poca profundidad, solo a 20 o 30 kilómetros por debajo de su superficie.







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