domingo, 3 de febrero de 2013

Un almacén de gas en Doñana


Gas Natural almacenará gas en el subsuelo de la zona del Parque. El Gobierno aprobó el pasado día 15 la Declaración de Impacto Ambiental. El proyecto cuenta con el respaldo de las administraciones central y regional Se construirá un gasoducto de 18 km.
CARLOS LÓPEZ / HUELVA | ACTUALIZADO 03.02.2013 - 09:53
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España goza de una privilegiada situación geográfica que contrasta con sus pobres recursos energéticos más allá de la incipiente energía solar. Sorprende por ello que a principios de los 80 diversos estudios geológicos apuntasen que uno de los mayores yacimientos de gas natural del país dormitaba en las fronteras del Parque Nacional de Doñana; más concretamente, en los terrenos de lo que hoy se conoce como Parque Natural. 

La empresa encargada de explotar estos hidrocarburos en los parajes de Marismas A, B-1 y C-2 fue Petroleum Oil & Gas, filial de Gas Natural Fenosa. 30 años más tarde, de aquella concesión y tras una inversión acumulada de 150 millones de euros, de aquel subsuelo se han extraído 13.000 Gwh de gas (1 GWh = 1.000 MWh = 1.000.000 kWh), una cifra equivalente al consumo de Andalucía durante siete años. 

Durante estas décadas, la actividad no ha tenido "afectaciones medioambientales", según ofrece como aval la empresa. En efecto, hasta hace poco, el eco mediático y las críticas de las entidades conservacionistas a la actividad industrial fueron mínimas. La razones de este cambio radical quizás cabe hallarlas en las suspicacias levantadas por el Oleoducto Balboa que proyectaba el Grupo Gallardo, cuya Declaración de Impacto Ambiental (DIA) fue desfavorable, lo que terminó por enterrar un proyecto con mayores y evidentes taras medioambientales, según certificaban los informes técnicos. Un pulso al desarrollo sostenible que azuzó todas las alarmas y puso sobre aviso a la sociedad y ecologistas ante nuevas iniciativas energéticas que atañen al Espacio Natural. 

Sin embargo, a priori, las diferencias son evidentes como demuestra que las tres DIA que integran el proyecto hayan sido favorables: la de Aznalcázar, la de Marismas Oriental y la del Saladillo, publicadas en el Boletín Oficial del Estado los días 28 y 29 de enero. El objetivo de la empresa es ahora invertir 200 millones de euros y explotar nuevos yacimientos para extraer el gas que aún alberga la zona y que se estima en 7.000 Gwh. Para ello, se pretende acometer 14 nuevos sondeos, si bien sólo seis de ellos se adentrarían en el Espacio Natural, mientras que el resto no afectaría a ningún área protegida. 

Con independencia de ello, la empresa mantiene que durante toda actividad industrial se van a aplicar las mayores medidas de profilaxis a la hora de preservar la fauna y la flora. No en vano, desde abril de 2012 se llevan realizando labores de almacenaje en algunos de estos yacimientos, fuera del perímetro del Espacio Natural. 

El director de explotación y producción de Gas Natural Fenosa, Francisco Velasco, explica que el proyecto ha sufrido una profunda metamorfosis desde el primer embrión, donde se delinearon las líneas maestras y zonas de nuevas prospecciones hasta llegar a la actual fase, en la que se dan forma a todos los blindajes medioambientales y medidas de protección de la naturaleza. Un elemento que ejemplifica este hecho es la construcción del nuevo gasoducto de interconexión, que se extiende a lo largo de 18.169 metros que conectará los parajes de Saladillo y Rincón, zonas ambas de dominio público forestal; además se unirá al de Enagás, ya existente y que alcanza hasta la provincia de Sevilla. 

Para más inri, la propia DIA detalla que se ha tratado de salvaguardar la laguna estacional que constituye una zona de campeo de aves y un refugio importante para la fauna. Los otros cincuenta kilómetros discurrirán por el trazado de la actual infraestructura que, como se observa en el plano que se detalla en esta página, bordea todo el Parque Nacional, a la par que discurre por caminos desprovistos de vegetación que serán sustituidos por nuevas tuberías con un diámetro de entre 15,24 y 30,48 centímetros, dejando veinte centímetros como zona de servidumbre. 

Velasco defiende la transparencia con la que se han desarrollado todas y cada una de las fases del proyecto. Y detalla que en el propio seno del Consejo de Participación de Doñana se ha abordado en "una comisión de seguimiento y otra delegada". 

El directivo de Gas Natural Fenosa se sorprende del revuelo organizado alrededor del proyecto y por las críticas de los ecologistas, máxime después de que el periodo de consultas previas al proyecto haya estado abierto a las alegaciones por parte del Parque Natural de Doñana, la Dirección General de Prevención y Calidad Ambiental, la Dirección General de la Red de Espacios Naturales Protegidos y Servicios Ambientales de la Consejería de Medio Ambiente, y organizaciones ecologistas como Adena y la SEO, entre otros. Gracias a estas aportaciones se ha arrancado el compromiso de aplicar mejoras medioambientales para preservar los caminos y cortafuegos del trazado de los gasoductos, prospecciones en el entorno para garantizar que no existen nidos de especies protegidas como el águila imperial ni presencia de linces; actuaciones anuales de corrección y prevención de fenómenos erosivos y pérdida de suelos; e incluso un sistema de vigilancia y control del acuífero, tanto en el entorno de los sondeos como del gasoducto. Todo ello sin contar que la empresa gasística tendrá que obtener el certificado de no afección a la Red Natura 2000, amén de un Plan de Emergencias que garantice la seguridad ambiental de las instalaciones. 

Con independencia de ello, los trámites burocráticos aun no han finalizado. El Saladillo necesita dos autorizaciones antes de iniciar las obras: la autorización ambiental unificada, que ha de expedir la Junta de Andalucía, así como la administrativa, a cargo del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

La Geología y su importancia en la sociedad


Minas de Alquife: la Geología como motor de desarrollo

JOSÉ CARLOS FEIXAS RODRÍGUEZ / / CÉSAR ROBLES PÉREZ | ACTUALIZADO 03.02.2013 - 01:00
LOS yacimientos de hierro de la comarca del Marquesado son conocidos desde antiguo y su explotación prácticamente ininterrumpida desde el periodo Argárico hasta el cierre de la Compañía Andaluza de Minas en 1996, salvando el periodo del siglo XVI al siglo XVII donde todo el sector minero se ralentiza por el auge de las 'minas americanas'. Son muy frecuentes los restos de fundiciones de hierro desde el periodo ibérico hasta tardomedievales en toda la comarca. Sin embargo el gran esplendor de la minería del hierro en esta zona comienza a finales del siglo XIX y termina con el ya mencionado cierre de la Compañía Andaluza de Minas (CAM) en 1996. 

Las causas del cierre de las Minas de Alquife hay que buscarlas en una bajada muy importante del precio del metal, que junto con un elevadísimo costo de transporte por ferrocarril hasta el Puerto de Almería y una estructura empresarial obsoleta hicieron inviable la explotación. Desde el año 1929 hasta su cierre la CAM produjo más de 86 millones de toneladas de concentrado de hierro, siendo el hito más importante de la misma el paso de las explotaciones de interior al de cielo abierto que hoy conocemos, realizado en el año 1964. Durante los últimos años la producción anual se acercó a los 3 millones de toneladas con picos de hasta 4 millones de toneladas. 

La CAM no sólo explotó el yacimiento de Alquife sino que desarrolló una labor investigadora extraordinaria que llevó a la cubicación de más del doble de reservas del tonelaje explotado. 

Desde el año 2000 han sido muy numerosos y variopintos los proyectos que se han presentado en la comarca para su reactivación. Desde parques temáticos a parques tecnológicos, proyectos inmobiliarios, etc. Lo que sí es una realidad es que el precio del mineral de hierro que estaba en los 28 dólares por tonelada, en el año 1996, ha pasado a 101 dólares por tonelada en el año 2012. 

Desde el año 2000 también se han desarrollado diferentes proyectos para una reapertura de los yacimientos de hierro que parece que ahora puede fraguar de la mano de la sociedad Minas de Alquife, que en la actualidad es titular de los derechos mineros de la antigua CAM y viene realizando trabajos que han desembocado en la presentación de un proyecto de viabilidad ante la Administración Andaluza. Este proyecto contempla la creación de 350 puestos de trabajo directos, más 1.400 puestos de trabajo indirectos con una inversión de 200 millones de euros para producir 4 millones de toneladas de concentrado de mineral de hierro durante un periodo de 20 años. 

En este proyecto, al igual que en otros muchos de los que se desarrollan en Andalucía, el papel del geólogo es básico; desde las primeras fases de un proyecto minero hasta las fases de desarrollo finales, los geólogos participan activamente. El correcto conocimiento de los procesos y modelos geológicos de los yacimientos minerales son la herramienta más útil para facilitar una correcta explotación del yacimiento y la ulterior restauración ambiental de la zona afectada por la actividad minera. 

Sin lugar a dudas, el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos de Andalucía apoya la puesta en marcha de este proyecto, el cual debe estar sustentado en el principio de la eficiencia ambiental. La minería debe representar para esta provincia en particular y para Andalucía por extensión, un motor económico de primera magnitud y aunque se trate de la explotación de recursos geológicos que tienen una vida útil limitada en el tiempo, su desarrollo se puede realizar sin deteriorar el medio natural y proporcionar en la zona donde se desarrollen puestos de trabajo sostenibles y de calidad. 

No se trata de volver a la minería colonialista de finales del siglo XIX ni a las políticas autárquicas de la década de los sesenta del siglo XX, sino de desarrollar un modelo de explotación adecuado en cada caso al medio donde se desarrolle y buscando las sinergias que la industria minera puede proporcionar a su área de influencia. En este sentido la Comisión Europea define "las orientaciones de la política de integración del desarrollo sostenible en la industria extractiva no energética de la Unión Europea, manteniendo al mismo tiempo un equilibrio entre la competitividad del sector y el respeto del medio ambiente". 

La Junta de Andalucía debe liderar y apoyar a aquellas empresas que presenten proyectos de investigación para diferentes sustancias minerales, metálicas y no metálicas, de las que Andalucía es tan 'geodiversa'. 

En este sentido, desde el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos de Andalucía proponemos a la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo que reformule el Plan de Ordenación Minero de Andalucía (PORMIAN) para avanzar en un nuevo desarrollo minero para Andalucía.